Un poco más

Ven. Vamos a jugar. Cierra los ojos. Pero cierralos de verdad. Cuenta diez. No. No lo abras aún. Tienes que adivinar la cara que estoy poniendo. Venga, te toca. No, ¡esa no es! Venga, me toca a mí. Cuento hasta diez. ¿Ya?¿puedo abrirlos ya?Seguro que tienes los ojos achinados y estas sacando la lengua, ¿a que si?. Lo sabía... Pero acabo de oír muy a lo lejos el despertador y me devuelve de nuevo a la crudísima realidad. Qué pena que ni en sueñas pueda imaginar que me conoces. En cambio, yo te conozco perfectamente. Tengo el poder de adivinar lo que piensas e inlcuso lo que sientes. Y tu... Tú como siempre no sabes nada de mí. Ni cuál es mi comida favorita, ni como se llama mi perro. Apuesto a que no sabes si tengo perro. Y yo claro que lo sé. Se cuantas velas soplaste en la última tarta de cumpleaños, conozco de sobra el día. Yo podría recordar tu olor a kilómetros de distancia y tú no te has debido percatar de que uso perfume. Podría describir cada centímetro de tu cuerpo sin haberlo recorrido a besos y no fallaría ni en un solo centímetro. Puedo describir el color de tu pelo y de tus ojos de una manera en que nadie lo ha hecho jamás. Podría describir esa boca a la que le pido tantísimas cosas en silencio. Podría contarle al mundo entero, lo bonito que es ese lunar que tienes en tu costado derecho de la espalda sin haberlo acariciado y tú no sabes de qué color son mis ojos y mucho menos saber a qué huele mi pelo. Mucha gente dice conocerte, mucha gente dice apreciarte. Pero ninguna de esas personas es capaz de soñar despierto contigo, de convertirte en mucho más que un amor, darlo absolutamento todo por ti... No hay nadie, creéme que sepa esto mejor que yo. Pero lo mejor y lo peor de todo es que todavía puedo romperme las entrañas por ti un poquito más. SIEMPRE un poquito más.